miércoles, 15 de mayo de 2013

EL FUNCIONAMIENTO DE LA CADENA DE MANDO EN TIEMPOS DE RIOS MONTT


EL FUNCIONAMIENTO DE LA CADENA DE MANDO EN TIEMPOS DE RÍOS MONTT

 

Uno de los argumentos fundamentales que llevaron a la condena de Ríos Montt es el de la cadena de mando. Bajo ese supuesto, dentro del ejército, ningún subalterno mueve un dedo sin que se derive de las órdenes que han venido de un superior y existe una jerarquía que llega hasta el comandante supremo, quien al final de cuentas dicta las órdenes y a la vez recibe los informes de sus subalternos sobre el cumplimiento de esas órdenes.

Lo que más me ha sorprendido es que algunos militares extranjeros la han descrito como si los militares fueran robots programados para hacer únicamente lo que se les ha dicho  y que de manera automática generan bitácoras de su actuación.

En primer lugar hay que recordar que en tiempos de Ríos Montt se rompió la estructura de mando del ejército como resultado de que el movimiento que derrocó a Lucas fue organizado por los llamados “oficiales jóvenes”. El mismo Ríos Montt declaró al final de juicio que él fue el tercer oficial de alta jerarquía al que llamaron para hacerse cargo del gobierno, ya que los anteriores no habían aceptado. Considero que con esa confesión queda claro, para aquellos que conocen cómo se manejan las cosas dentro del ejército, la crisis que se desató dentro de sus filas: tenientes y capitanes tomaron el mando, un oficial retirado fue llamado y aceptó ser la cabeza visible del nuevo gobierno. ¿Por qué y para qué lo hizo? Él dio su versión. He escuchado otras, incluso de oficiales que le acusan de haber traicionado al ejército para satisfacer su deseo de gobernar, deseo que había quedado truncado en 1974.

Ahora bien, ¿era realmente él el que gobernaba? Aparentemente no. Aparentemente le pasó lo mismo que a Méndez Montenegro en 1965. Según se dice había una junta de comandantes que retuvo el poder para manejar las operaciones militares, quienes ni lo tomaban en cuenta (es decir, ni le solicitaban órdenes ni le comunicaban lo que realmente estaba pasando).  Tal vez eso aclara esa aparente contradicción entre las masacres que ocurrían en el altiplano y los mensajes moralistas del Jefe de Estado y su grupo de asesores (con quienes compartía las mismas creencias religiosas) quienes, con toda la buena voluntad del caso, atendían a los refugiados en las aldeas modelo controladas por el ejército bajo el programa de Fusiles y Frijoles.

Entonces, ¿podemos afirmar que Ríos Montt es inocente? Olvidemos por un momento si el delito es genocidio o crímenes contra la humanidad, olvidemos por un momento si estos son crímenes que pueden ser juzgados por los tribunales guatemaltecos, lo que no podemos olvidar es que están debidamente comprobadas las masacres ocurridas en el tiempo que él estuvo al frente del gobierno cuando proclamaba a los cuatro vientos su lema de “No miento, no robo no abuso” y que él, libremente aceptó las condiciones que se le pusieron para ponerlo al frente del Gobierno. Juzgue el lector si él es culpable o no de lo que ocurría en esos días.

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